Por Héctor Bosch Herrera
El Taller de Cerámica de Varadero arribó a sus 16 años de labor. Para la fecha, estaba previsto organizar el Encuentro Nacional de Cerámica Artística CERVAR 2008, pero, debido al paso de los más recientes huracanes, fue pospuesto para el primer trimestre del año.
No obstante, el acontecimiento se celebró con otras iniciativas. De manera especial se desarrolló una exposición con obras participantes en la última edición de la Bienal de Cerámica Amelia Peláez, confeccionadas por los artistas Eugel Díaz, Lázaro Zulueta, Osmany Betancourt (Lolo), Edel Arencibia, Gualber Lozano, Luis Grasso y Sergio Mario.
La institución, que pertenece al Fondo Cubano de Bienes Culturales, despunta como centro cultural paradigmático del balneario, tanto por su trayectoria como por su poder de convocatoria.
En un principio el taller fue concebido para satisfacer la demanda del turismo de productos utilitarios y decorativos de cerámica, y en ese primer momento su proyección artística se limitó a las reproducciones de obras de reconocidos artistas como Wifredo Lam, Amelia Peláez y René Portocarrero, entre otros.
Pero el grupo de trabajo se ha consolidado con la entrada de creadores con formación académica, y ya se distingue un sello propio en cada uno de ellos y del colectivo. También forman parte del grupo creadores autodidactas y aficionados, que han preferido enrumbar su formación por los cauces de la cerámica artística.
Este espacio de creación tiene además un sólido prestigio en el país y el exterior, y nombres reconocidos de la plástica cubana lo eligen para hacer allí sus obras de cerámica. Nelson Domínguez, Roberto Fabelo, Pedro Pablo Oliva, Zaida del Río, Alexis Leyva (Kcho) y Alfredo Sosabravo se cuentan entre los artistas plásticos que han compartido su creación en este lugar.
Osmany Betancourt Falcón (Lolo) lidera el grupo de creación del Taller de Cerámica de Varadero y recibió el premio especial del jurado en la pasada Bienal de Cerámica de La Habana. Lolo considera que el taller ha adquirido un reconocimiento en la cerámica nacional, con obras que sin dejar de ser decorativas tienen un marcado acento artístico.
El grupo, añade, fue creado hace tres años y medio con la posibilidad que nos brinda el Fondo para crear nuestras propias obras, con otras inquietudes, otros propósitos. Y se ha mantenido con participación en diferentes eventos, concursos, exposiciones.
Al ser la mayoría graduados de escuelas de arte se ha logrado un sello distintivo. Es lo que Lolo llama la nueva cerámica, que aunque parte de técnicas tradicionales, se distingue no solo por los esmaltes, sino por el trabajo de los volúmenes.
“Se trata de llevar la cerámica al concepto escultórico. Tanto en las obras de carácter comercial como en la obra particular de los artistas. Son esculturas hechas en la técnica de cerámica”, dice.
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