Cuba baila en Canadá

Por Maritza Tejera

Quién podía imaginar que dos habitantes del trópico, cubanos por demás, lo que se dice dos criollos genuinos, ganarían un concurso, nada más y nada menos, que de ¡esculturas en hielo!
Más que una novedad, es todo un acontecimiento. Fue, ni más, ni menos…como bailar en casa del trompo.
Ese mismo asombro que usted experimenta al conocer la noticia, sorprendió a Carlos Rafael Velázquez Dariaz y Lázaro Pérez Horta, dos artesanos matanceros que representaron a Cuba en la Fiesta de Invierno, de Saint-Jean-Port-Joli, en Québec, Canadá.
La invitación les llegó en su propia mesa de trabajo, en su stand de la feria Arte Cubano, de la calle doce, en Varadero. Y, tal como afirma Lázaro, fue un reto difícil, porque hasta el momento sus experiencias como escultores habían sido con materiales como el mármol, el metal y la madera, fundamentalmente.
Del 7 al 10 de febrero último la Fiesta de Invierno, de Saint-Jean-Port-Joli, en la popular ciudad canadiense de Québec, recibió por primera vez a dos escultores cubanos.
¿QUE ES LA FIESTA DE INVIERNO?
La Fiesta de Invierno es un evento de artes visuales con carácter cultural, popular y turístico que se celebra anualmente en el mes de febrero en esa región canadiense. La primera edición de esta fiesta se remonta a 1996 cuando un grupo de promotores decidió convocar una competencia de envergadura de escultura sobre nieve.
La popularidad de Saint-Jean-Port-Joli y la calidad de las piezas presentadas por los participantes a nivel internacional, son dos impulsores de la fiesta.
El programa contempla actividades de carácter familiar, deportivo y cultural, espectáculos y bailes. La Fiesta de Invierno, de Saint-Jean-Port-Joli, se convierte, en fin, en una gran exposición a cielo abierto, en el parque de Trois-Bêrets.
MATANZAS BAILA EN QUÉBEC
Como el tema del evento es de libre elección, ellos escogieron la danza como basamento de su pieza. Y ya que en Cuba bailar es un pasatiempo bastante masivo, la obra con la que concursaron se titulaba, precisamente, Baila, recordando las populares ruedas de casino de nuestro país.
Dos figuras masculinas y una femenina se entrelazan armónicamente en una representación virtual del baile. La pieza trasluce la gracia y la sensualidad del cubano en la danza.
Desarrollar un proyecto escultórico en hielo fue algo que llenó de expectativas a Carlos y a Lázaro, que pensaron en una obra donde el movimiento y la dinámica de las formas se combinan en una proyección espacial.
En esta edición del 2008, la número décimo tercera, participaron representantes de 44 países, de los cuales quedaron como finalistas cuatro equipos: dos de Canadá –uno de Alberta y otro del propio Québec-, uno de Argelia y el de Cuba.
Varios retos tuvieron que vencer los escultores matanceros: el primero, como ya mencioné, fue esculpir por primera vez en la nieve; y los otros, reproducir exactamente la maqueta de madera que ellos enviaron al tribunal de la competencia; y trabajar a bajas temperaturas de hasta menos 16 grados, sin apenas instrumentos y con guantes.
Cuenta Carlos que los demás trabajaron con niveles, cerrotes, sprays, mientras que ellos, sin experiencia alguna en esas lides, lo hicieron de modo más primitivo.
Baila es una pieza a escala monumental, de cuatro metros de altura, donde se ven bien delineados las figuras humanas y sus movimientos en la danza.
Saint-Jean-Port-Joli recibirá nuevamente del 5 al 8 de febrero del 2009 a los participantes de esta fiesta de hielo, en su décimo cuarta edición, oportunidad para la que Carlos Rafael y Lázaro se preparan para, nuevamente, “bailar en casa del trompo”.