Máscaras africanas en la colección Lorenzo Padilla (I)
Por Mireya Cabrera Galán
La colección donada por Lorenzo Padilla al Museo de Arte de Matanzas constituye uno de los más amplios repertorios del acervo cultural africano en el continente hispanoamericano. Con un total preliminar de 309 piezas correspondientes a 14países y 62 etnias, posee varios conjuntos, que por su organicidad, funciones y valores estéticos son dignos de mención. Sobresalen en este sentido las más de setenta máscaras que integran la colección, y cuya diversidad da muestras de una región con características comunes, pero signadas por disímiles cosmogonías y maneras de crear, de acuerdo a la gran diversidad de grupos étnicos y naciones que lo conforman.
Las máscaras, también conocidas como ‘disfraces’ son manifestaciones artísticas primarias de numerosas cultural, lo que explica que muchos coleccionistas aprecien las que proceden de África, Oceanía y de las culturas indígenas americanas. En tanto reflejan costumbres, tradiciones y creencias, las máscaras devienen uno de los exponentes de mayor expresividad artística de la llamada África Negra. Son portadoras además de los rasgos físicos y espirituales de las distintas etnias.
Símbolos de religiosidad, establecen una suerte de función reguladora en la vida de cada comunidad:
“Generalmente se utilizan en ritos agrarios, funerarios, festivos e iniciáticos, en los que cada miembro varón del poblado debe participar para ser admitido en la comunidad con pleno derecho (...)
“En los ritos funerarios, la máscara capta la fuerza vital que se escapa de un ser cuando muere. La máscara controla esa fuerza vital, evita que dañe a la colectividad y la distribuye en beneficio de todos.
“En el momento del baile, (...) protege al que la porta, y le convierte durante ese tiempo en otro ser. El portador (...) debe ir vestido de forma que no se le reconozca. Se considera máscara también el vestido, aunque lo más importante es la cabeza, donde reside la fuerza vital. La principal ocupación en el medio rural es la agricultura. Los rituales con máscaras se suelen celebrar durante la época de seca, ya que es cuando menos trabajo hay.” (1)
Los conjuntos de esos objetos mostrados en el Museo de Arte de Matanzas pertenecen a Nigeria, Costa de Marfil, Camerún, Gabón, Sierra Leona, Congo, Burkina Faso y Malí. Con el mayor número de piezas, Nigeria posee una variedad notable de tipologías, atendiendo a las innumerables etnias que conviven en su territorio.en este sentido, y a diferencia de otras regiones, donde es más fácil percibir un sello, los nigerianos confirman la tesis de que los africanos no suelen reproducir sus creaciones, ni siquiera aquellas obras cuyo fin es más utilitario que ritual, si bien a menudo ambos objetivos se fusionan en uno.
Por su singularidad y significado dentro del orden social de su pueblo, sobresalen varias piezas de Costa de Marfil. Entre las mismas, deben mencionarse tres ejemplares de máscaras femeninas Dan(2), etnia reconocida por la belleza que imprime a estos ‘rostros artificiales’, generalmente ovalados, de ojos rasgados nariz fina y boca entreabierta. A pesar de lo definido de su sexo, no son usadas por las mujeres. Ellas únicamente las emplean como medio de protección dentro de la choza. En realidad son los hombres quienes la portan durante los días festivos. Confeccionadas en madera, y consideradas protectoras contra las en enfermedades, se mantienen ocultas, devienen objeto sagrado por los miembros del pueblo, quienes la veneran con ofrendas de arroz y aceite de palma.
1. Tomado de informaciones –aun por procesar- extraídas por el investigador Yodel Pérez Pulido de varias fuentes relacionadas con la cultura africana.
2. Los Dan es una subtribu perteneciente a los Dan-Nguere. Además de Costa de Marfil, tienen como residencia zonas de Liberia Oriental y de Guinea Conakry. La base social y espiritual de los Dan-Nguere es la sociedad secreta Poro, que en lengua temné significa sierra. Las máscaras Dan se caracterizan tanto por su variedad como por el hecho de que una misma tipología puede emplearse para diferentes fines, en dependencia de las características y costumbres de cada región.
La colección donada por Lorenzo Padilla al Museo de Arte de Matanzas constituye uno de los más amplios repertorios del acervo cultural africano en el continente hispanoamericano. Con un total preliminar de 309 piezas correspondientes a 14países y 62 etnias, posee varios conjuntos, que por su organicidad, funciones y valores estéticos son dignos de mención. Sobresalen en este sentido las más de setenta máscaras que integran la colección, y cuya diversidad da muestras de una región con características comunes, pero signadas por disímiles cosmogonías y maneras de crear, de acuerdo a la gran diversidad de grupos étnicos y naciones que lo conforman.
Las máscaras, también conocidas como ‘disfraces’ son manifestaciones artísticas primarias de numerosas cultural, lo que explica que muchos coleccionistas aprecien las que proceden de África, Oceanía y de las culturas indígenas americanas. En tanto reflejan costumbres, tradiciones y creencias, las máscaras devienen uno de los exponentes de mayor expresividad artística de la llamada África Negra. Son portadoras además de los rasgos físicos y espirituales de las distintas etnias.
Símbolos de religiosidad, establecen una suerte de función reguladora en la vida de cada comunidad:
“Generalmente se utilizan en ritos agrarios, funerarios, festivos e iniciáticos, en los que cada miembro varón del poblado debe participar para ser admitido en la comunidad con pleno derecho (...)
“En los ritos funerarios, la máscara capta la fuerza vital que se escapa de un ser cuando muere. La máscara controla esa fuerza vital, evita que dañe a la colectividad y la distribuye en beneficio de todos.
“En el momento del baile, (...) protege al que la porta, y le convierte durante ese tiempo en otro ser. El portador (...) debe ir vestido de forma que no se le reconozca. Se considera máscara también el vestido, aunque lo más importante es la cabeza, donde reside la fuerza vital. La principal ocupación en el medio rural es la agricultura. Los rituales con máscaras se suelen celebrar durante la época de seca, ya que es cuando menos trabajo hay.” (1)
Los conjuntos de esos objetos mostrados en el Museo de Arte de Matanzas pertenecen a Nigeria, Costa de Marfil, Camerún, Gabón, Sierra Leona, Congo, Burkina Faso y Malí. Con el mayor número de piezas, Nigeria posee una variedad notable de tipologías, atendiendo a las innumerables etnias que conviven en su territorio.en este sentido, y a diferencia de otras regiones, donde es más fácil percibir un sello, los nigerianos confirman la tesis de que los africanos no suelen reproducir sus creaciones, ni siquiera aquellas obras cuyo fin es más utilitario que ritual, si bien a menudo ambos objetivos se fusionan en uno.
Por su singularidad y significado dentro del orden social de su pueblo, sobresalen varias piezas de Costa de Marfil. Entre las mismas, deben mencionarse tres ejemplares de máscaras femeninas Dan(2), etnia reconocida por la belleza que imprime a estos ‘rostros artificiales’, generalmente ovalados, de ojos rasgados nariz fina y boca entreabierta. A pesar de lo definido de su sexo, no son usadas por las mujeres. Ellas únicamente las emplean como medio de protección dentro de la choza. En realidad son los hombres quienes la portan durante los días festivos. Confeccionadas en madera, y consideradas protectoras contra las en enfermedades, se mantienen ocultas, devienen objeto sagrado por los miembros del pueblo, quienes la veneran con ofrendas de arroz y aceite de palma.
1. Tomado de informaciones –aun por procesar- extraídas por el investigador Yodel Pérez Pulido de varias fuentes relacionadas con la cultura africana.
2. Los Dan es una subtribu perteneciente a los Dan-Nguere. Además de Costa de Marfil, tienen como residencia zonas de Liberia Oriental y de Guinea Conakry. La base social y espiritual de los Dan-Nguere es la sociedad secreta Poro, que en lengua temné significa sierra. Las máscaras Dan se caracterizan tanto por su variedad como por el hecho de que una misma tipología puede emplearse para diferentes fines, en dependencia de las características y costumbres de cada región.
Etiquetas: arte africano, Lorenzo Padilla, Mireya Cabrera Galán, Museo de Arte de Matanzas, Salón Provincial Máscaras
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